Viernes, 18 Enero 2019 05:05

Un día como hoy nace José María Arguedas, escritor, poeta, traductor, profesor, antropólogo y etnólogo peruano en Andahuaylas.

Un día como hoy nace José María Arguedas, escritor, poeta, traductor, profesor, antropólogo y etnólogo peruano en Andahuaylas.
   
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A 108 años de su natalicio, recordamos hoy, a José María Arguedas Altamirano quien nació el 18 de enero de 1911, en la provincia de Andahuaylas, región Apurímac. Era hijo de un abogado cusqueño y una hacendada andahuaylina. Su madre murió cuando José María tenía sólo tres años y en 1917 su padre se casó en segundas nupcias y la familia se trasladó al pueblo de Puquio y luego a San Juan de Lucanas.

Al poco tiempo el padre fue cesado como juez por razones políticas y hubo de trabajar como abogado itinerante, dejando a su hijo al cuidado de la madrastra y el hijo de ésta, quienes le daban tratamiento de sirviente, de modo que su experiencia afectiva estuvo marcada por el cuidado de los indios quechuas que ejercían de sirvientes en la hacienda. En 1921 se escapó con su hermano Arístides de la opresión del hermanastro.

Se refugiaron en la hacienda Viseca, donde vivieron dos años en contacto con los indios, hablando su idioma y aprendiendo sus costumbres, hasta que en 1923 los recogió su padre, quien los llevó en peregrinaje por diversos pueblos y ciudades de la sierra, para finalmente establecerse en Abancay.

Cursó primero la escuela secundaria en la ciudad de Ica, en la desértica costa peruana, y luego en la ciudad de Huancayo, donde empezó a escribir colaborando en una revista estudiantil. A los veinte años ingresó en la Universidad de San Marcos, en Lima, donde estudió la especialidad de Letras y continuó escribiendo para revistas universitarias. Entre 1932 y 1937 trabajó como auxiliar de la Administración Central de Correos de Lima pero perdió el puesto al ser apresado por participar en una manifestación estudiantil a favor de la República Española, por lo que pasó casi un año en prisión.

En 1939 se casó con Celia Bustamante, promotora de las artes populares y de la vida cultural, quien, con su hermana Alicia, servía de anfitriona de la Peña Cultural Pancho Fierro. Arguedas se mudó con Celia Bustamante a Sicuani, en la sierra cusqueña, para trabajar como profesor de la escuela secundaria, donde, con sus alumnos, llevó a cabo un trabajo de recopilación del folclore. Al regresar a Lima, continuó enseñando en escuelas secundarias.

En octubre de 1941 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro (1942), reasumió su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de Lima, hasta que en 1949 fue cesado por considerársele comunista.

En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore en el Ministerio de Educación, para posteriormente ser promovido a Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo ministerio (1950-52). En 1953 fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana, y el mismo año comenzó a publicar la revista Folklore Americano (órgano del Comité Interamericano de Folklore, del que era secretario), la cual dirigió durante diez años. A este cargo sucedieron el de director de la Casa de la Cultura del Perú (1963-1964) y director del Museo Nacional de Historia (1964-1966), desde los cuales editaría las revistas Cultura y Pueblo e Historia y Cultura. También fue profesor de etnología y quechua en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones (1950-53), catedrático del Departamento de Etnología de la Universidad de San Marcos (1958-68), y profesor en la Universidad Nacional Agraria de la Molina desde 1964.

En 1965 se divorció e inició su relación con Sybila Arredondo, a quien conoció en Chile y con quien se casó en 1967.

La Universidad Nacional Micaela Bastidas de Apurímac, revalora y fortalece la lucha de José María Arguedas quien con entusiasmo logró difundir el valor del mundo andino, que mezclado con la visión occidental, traída por los conquistadores, deberían formar una sola nación de «todas las sangres»; y en otros momentos, perdía el sentido de su existencia debido a las críticas de académicos que no tenían
un conocimiento cabal del mundo andino, y perdía el sentido de su existencia debido a su enfermedad mental, definitivamente, no superada a pesar de los tratamientos a los cuales se había sometido

La producción intelectual de Arguedas es bastante amplia y comprende, además de obras de ficción, trabajos, ensayos y artículos sobre el idioma quechua, la mitología prehispánica, el folclore y la educación popular, entre otros aspectos de la cultura peruana. La circunstancia especial de haberse educado dentro de dos tradiciones culturales, la occidental y la indígena, unido a una delicada sensibilidad, le permitieron comprender y describir como ningún otro intelectual peruano la compleja realidad del indio nativo, con la que se identificó de una manera desgarradora.

Por otro lado, en Arguedas la labor del literato y la del etnólogo no están nunca totalmente disociadas. Su obra revela el profundo amor del escritor por la cultura andina peruana, a la que debió su más temprana formación y representa, sin duda, la cumbre del indigenismo peruano.

Todas las sangres eleva el problema indígena a problema nacional, e incluso le brinda un tinte universal, en la medida en que el conflicto expresado en la novela corresponde ya en ese momento al llamado Tercer Mundo.

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